¿Qué es la biometría del comportamiento?

Las organizaciones buscan medios más pasivos para identificar y diferenciar las transacciones auténticas de las actividades sospechosas, detectar señales de automatización, patrones de uso típicos de los estafadores y modificaciones en los patrones de uso de los individuos legítimos para detener el fraude antes de que penetre en sus plataformas digitales.

La tecnología de biometría del comportamiento también puede señalar cualquier sesión que parezca sospechosa, no humana o cuyo comportamiento sea inconsistente con el del propietario de la cuenta. Funciona a través del control de múltiples aspectos de la manera en la que los usuarios sujetan los dispositivos, la presión que suelen ejercer sobre las pantallas, el ritmo de escritura y el modo de usar el ratón, entre otros. Soluciones avanzadas recopilan estos datos individuales y los analizan mediante aprendizaje automático, verificando al usuario y garantizando que sea quien dice ser.

Movimiento del teléfono
¿El teléfono se sostiene en posición horizontal o vertical? ¿Cuál es la rotación o el ángulo del teléfono? ¿Los sensores coinciden con la situación?

Comportamiento de la pantalla táctil
¿Cómo se usa la pantalla táctil? ¿Cuál es la forma del dedo o puntero? ¿Cuánta presión se ejerce? ¿Cuál es la velocidad de desplazamiento?

Comportamiento del teclado
¿Cómo se utiliza el teclado? ¿Cuál es el ritmo de escritura? ¿Se pulsó alguna tecla especial? ¿Se utilizó algún atajo de teclado?

Comportamiento del ratón
¿Cómo se mueve el ratón por la página? ¿Se sale alguna vez de la página? ¿Hay signos de automatización? ¿Hay anomalías latentes?

Uso de biometría del comportamiento avanzada para respaldar experiencias seguras y de baja fricción

Las empresas que ofrecen servicios en línea se encuentran en una lucha constante por mantener alejados a los malos actores y dejar entrar a clientes legítimos. La respuesta sencilla es añadir más medidas de seguridad. Pero, al hacerlo, pueden arriesgarse a añadir fricciones que afecten negativamente la experiencia de los usuarios. Hacer que los clientes tengan que pasar por demasiados obstáculos puede provocar que abandonen las transacciones.

Si bien la protección contra los riesgos de fraude es una necesidad, es fundamental equilibrar esos esfuerzos con una experiencia en línea positiva. Los consumidores valoran la seguridad, pero quieren procesos cómodos y libres de complicaciones.

Los clientes digitales esperan experiencias sumamente personalizadas con muy pocos puntos de fricción y aprobaciones aceleradas. Muchas estrategias tradicionales de verificación de identidad y autenticación carecen de la capacidad para abordar los matices de la jornada de comercio digital y la naturaleza compleja de los vectores de amenazas digitales. Incluso las herramientas de prevención de fraudes impulsadas de forma digital pueden introducir barreras adicionales para los clientes, o ser interceptadas y corrompidas por estafadores.

El objetivo final para el éxito de las transacciones digitales es ofrecer experiencias del cliente personalizadas, rápidas y seguras, controlando a la vez el fraude. Las empresas necesitan una visión más dinámica de las identidades de los clientes y de los riesgos asociados a las transacciones que abarque el contexto multidimensional de la identidad digital, física y de comportamiento. La capacidad de verificar de forma pasiva las identidades y autenticar a los clientes de confianza al tiempo que se mantiene un nivel de fricción adecuado al riesgo para puntos de contacto específicos o eventos de mayor riesgo ayuda a mantener las transacciones digitales en movimiento eficiente. La biometría del comportamiento puede desempeñar un papel fundamental a la hora de facilitar estos recorridos de baja fricción, funcionando en segundo plano de los eventos digitales sin que se requiera ninguna entrada adicional por parte del cliente mientras interactúa en línea.

Los múltiples desafíos del fraude

La expansión de las economías digitales está generando oportunidades exponenciales para el fraude. Los datos de LexisNexis® Digital Identity Network® revelan un aumento del volumen global de transacciones digitales del 37 % interanual hasta 39 400 millones de transacciones de enero a junio de 2022. La tasa de ataques iniciados por humanos aumentó un 32 % en el último año, y los ataques de bots automatizados de alta velocidad crecieron un 38 % interanual en todas las industrias del mundo.

En un entorno digital sumamente competitivo, las empresas están dando prioridad a facilitar los procesos digitales para reducir la cantidad de información que les solicitan directamente a los clientes, sabiendo que los pasos de autenticación complejos pueden provocar que las transacciones fracasen o se abandonen. Sin una verificación de identidad o pasos de autenticación adecuados, los estafadores se abalanzan y aprovechan la oportunidad para abrir cuentas y actuar rápidamente con transferencias de dinero y otros fraudes.

La mayoría de los métodos de prevención de fraudes detectan los ataques buscando únicamente anomalías que pueden ser perjudiciales. Si un usuario auténtico hace algo inusual, como iniciar sesión desde una ubicación nueva o utilizar un dispositivo nuevo, la acción puede marcarse como anomalía y desencadenar un falso positivo.

Como las organizaciones utilizan múltiples capas de verificación de identidad y herramientas de autenticación centradas en las anomalías para minimizar el fraude, las anomalías abundan. Como resultado, las organizaciones deben enfrentarse a una sobrecarga de falsos positivos, que requiere costosas revisiones manuales que provocan retrasos y contribuyen a una experiencia del cliente negativa.

A medida que las soluciones de detección de fraudes se vuelven más avanzadas y difíciles de vulnerar, los consumidores finales se convierten en la mercancía perfecta para que las redes de fraude la manipulen y moneticen. El drástico aumento mundial de diversas formas de estafas e ingeniería social sigue preocupando no solo a las empresas de servicios financieros, sino a empresas de todas las industrias que están siendo víctimas de ataques de vulneración de datos y otras formas de fraude.

Al mismo tiempo, las organizaciones se enfrentan a estafadores que conocen los puntos débiles de las soluciones habituales de prevención de fraudes y saben cómo eludir esos sistemas. Son expertos en el uso de ingeniería social, ataques Man in the Browser, malware, herramientas de acceso remoto y otras técnicas para eludir o manipular las comprobaciones de dispositivos y localización. Encontrar un equilibrio entre los falsos positivos, la seguridad y la experiencia del usuario sigue siendo un desafío para las organizaciones de todos los tamaños.

Una capa complementaria a la confianza de identidad y la prevención de fraude

Dado que los ataques fraudulentos son cada vez más complejos y están más hiperconectados que nunca, la integración de soluciones de defensa es fundamental para protegerse contra todo el espectro de ataques.

La inteligencia de dispositivos, la información sobre la identidad digital y las soluciones de autenticación inteligente pueden beneficiarse de una capa adicional de refuerzo con la biometría del comportamiento para acceder a una inteligencia más profunda sobre el contexto completo que rodea las transacciones digitales. La biometría del comportamiento proporciona una capa adicional de defensa para la evaluación de riesgos sin crear una experiencia negativa para el usuario, y demuestra su eficacia para minimizar los falsos positivos, aumentar la confianza y reducir los riesgos de fraude en interacciones que, de otro modo, serían inciertas.

Cuando se combina con la inteligencia de identidad digital, la biometría del comportamiento puede crear un matiz nuevo en el espectro de la identidad y ayudar a las empresas a diferenciar entre confianza y riesgo, estafador y cliente legítimo, humano y bot.

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LexisNexis BehavioSec cuenta con un enfoque de prevención de fraudes de aprendizaje automático que mitiga los riesgos en el presente y en el futuro ofreciendo protección continua en cada interacción del recorrido de los clientes.